Los humanos somos los únicos
seres vivos que nos movemos por los dramas. No sabemos vivir felices, no
disfrutamos de lo que tenemos, ya que siempre nos parece insuficiente, un antojo
consumista que domina nuestra sociedad enferma y materialista. Debemos vivir y
ser felices con lo que tenemos, porque como bien decía mi abuelo “siempre habrá una familia peor que nosotros”;
pero siempre aprovechando el momento (Carpe
Diem), ya que, como niños pequeños, queremos lo que perdemos o no tenemos.
Así pues, deciros, que no podemos
vivir en el pasado o mirando hacia un futuro probable, ya que de esta forma lo
único que conseguimos es perdernos el presente, el día a día, los saludos de
los vecinos, los despertares con la chica/o que quieres o, simplemente, las
llamadas de tu abuela, que aunque ahora la consideres una pesada, si no cambias
tu forma de ver el mundo, después lo añorarás.
Por culpa de esta perspectiva dramática,
intentamos revivir o avanzar emociones, comidas y cenas de navidad con la
familia, viajes con los amigos, en vez de vivir el presente. No podemos
intentar repetir o predecir momentos, situaciones, ya que cada una sucede como
tiene que pasar, sin planearlo, sin esperarlo, aleatoriamente; de esta forma
disfrutarás y te sorprenderá la vida mucho más. Esto, se conoce como el
fenómeno del “síndrome del campamento del verano”, es decir, una año vas al
campamento con tus amigos y te lo pasas de p@$a m#$*^&e, pero cuando al año
siguiente vuelves y piensas que te lo vas a pasar en grande o, incluso, que
será mejor que el anterior… No es así, todo ha cambiado, los monitores, las
chicas, tus amigos están raros…
Así que disfruta, mira la vida
con buenos ojos e intenta vivir cada momento y cada persona al máximo.
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